PERIODISMO CIUDADANO: LA GRAN TAREA DEL PERIODISMO PROFESIONAL

Los medios de comunicación han perdido credibilidad e influencia. Ante eso, el “periodismo ciudadano” irrumpe: la gente misma divulga contenidos de su interés. Aceptar y aprovechar ese fenómeno es la misión del periodismo actual

Con solo un celular, el ciudadano es un potencial comunicador a gran escala
Tomada de: mangasverdes.es


En el trabajo “Periodismo ciudadano: ¿Adiós, periodismo profesional?”, se expuso que las nuevas TIC están planteando nuevos retos para el periodismo, porque la gente está tomando espacios y funciones que antes se creían “exclusivas” para el periodista profesional.

Un ciudadano con tan solo un teléfono celular es ya un potente comunicador, pudiendo tomar una fotografía o enviar a un medio de comunicación social un reporte vía mensaje de texto o correo electrónico sobre algo que vio y que, supone, es de interés para otros.

Allí surge la pregunta: ¿para qué, entonces, seguir formando periodistas en las universidades, si ya cualquier ciudadano puede hacer ese trabajo?

La respuesta a esa interrogante es lo que está sacudiendo al gremio periodístico de hoy. “Si nos están sustituyendo, es porque hemos hecho un periodismo sustituible”, dijo sobre el tema el periodista colombiano Raúl Darío Restrepo en el Seminario de Diseño de la Información (SDI), organizado por la Cadena Capriles los días 12 y 13 de junio de 2013.

Sin embargo, agregó, “internet está creando el ambiente propicio y las necesidades insoslayables para hacer un periodismo de mejor calidad, que es el que podrá sobrevivir después del embate de las nuevas tecnologías (y de ciertas audiencias envalentonadas)”.

“¿Dónde queda la ética profesional?”, interroga por su parte Rosa Pellegrino, profesora de la materia Periodismo Cívico de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela (ECS-UCV). A su juicio, un ciudadano “difícilmente” puede detenerse a pensar de qué forma su expresión afectará socialmente en un momento dado.

Y agrega: “Si se comenten faltas a la ética periodística, en el ámbito profesional, imagínate en el ámbito de la calle, en el cual ni siquiera se tiene conciencia de manejo adecuado de la información”.

Tal panorama hace que los expertos entrevistados coincidan en que los contenidos que surgen tanto de blogs, como de redes sociales y de páginas de usuarios “independientes”, son mucho menos controlables que antes.

“Masa rebelde”

Los medios de comunicación social, a través del trabajo de sus periodistas, son los que se encargan de modelar la opinión pública, tratando y difundiendo unos temas y mensajes y desdeñando otros. Esos temas que se trabajan conforman lo que se conoce como “agenda setting”.

Desde luego, en la fijación de esos temas, siempre se han colado intereses de clases políticas y económicas, que no siempre van de la mano con los intereses ciudadanos, que son los que, por ética, debe tomar en cuenta el periodista a la hora de desarrollar temas.

En el video: Cómo el "periodismo ciudadano" sacudió al periodismo profesional en Estados Unidos y lo que algunos periodistas están haciendo para tomarlo a su favor.

Pero con las nuevas tecnologías, si bien no se ha llegado a ese punto en el que la gente ignora por completo el contenido de los medios, existe el riesgo de llegar completamente a ese contexto. Causa: que el público se siga dando cuenta de que sus intereses muchas veces son ignorados y de que tienen la capacidad de jugar un rol totalmente activo en la difusión, por cuenta propia, de temas que sí son de su interés real.

Al respecto, la especialista en opinión pública, Mariana Bacalao, expresa que tal escenario supondría (y está comenzando a suponer ya) un problema a la hora de los medios fijar los temas de la opinión pública y de los periodistas hacer su trabajo. “Ya no es tan sencillo pretender inducir los temas de la opinión pública; ahora estos son muy diversos, mucho más segmentados y en eso las nuevas tecnologías han jugado un rol importante”, expone.

Por su parte, voces más extremas, como la de Bárbara Yuste, bloguera y administradora de su propia página web, barbarayuste.com, exclama en uno de sus artículos que “hemos asistido al agotamiento de la agenda setting” y, aludiendo a un trabajo del periodista Miguel Sánchez, “los medios de comunicación han perdido los accesos y el control de la información, pasando estos a manos de la audiencia, a través de las redes y plataformas sociales que todos conocemos”.

Pero si bien es cierto que, como exponen voces como las de Pellegrino, los medios se “divorciaron” de las demandas sociales y que esto pudo haber sido una de las causas del surgimiento de esta debatida corriente del “periodismo ciudadano”, no hay que negar que ese poder de difusión en manos de la audiencia, del ciudadano común, pueda ser nocivo.

Los teléfonos inteligentes han penetrado grandemente
en América Latina. Sin embargo, no todos los usuarios
los usan para difundir información
Tomada de: leanoticias.com
Además, tampoco hay que generalizar y decir que todos los ciudadanos del mundo usan redes sociales, tienen blogs o participan de manera muy activa en esta nueva y poderosa opinión pública, que maneja (o puede manejar) temas de manera independiente a los medios de comunicación social.

Para Blas Fernández, magister en Comunicación para el Desarrollo Social (Universidad Católica Andrés Bello, UCAB), “el porcentaje de gente que participa en estos nuevos medios es pequeño”. Esto, a pesar de reconocer las cifras de una publicación reciente de la empresa RIM, que devela que Venezuela es el país con mayor número de celulares Blackberry en América Latina. Y ni hablar de la influencia que están teniendo otras marcas en el área de teléfonos inteligentes, como Samsung o Iphone.

De hecho, de acuerdo a datos publicados en la página web elwebmarketer.com, Venezuela es, junto a Brasil y México, el país que más usuarios activos tiene en la red social Twitter. Y, en el caso de nuestro país, muchas son las cuentas de esta red social a las que la misma gente envía sus reportes sobre el estado del tráfico, del metro, etc.

Además, los mismos periodistas motivan a la participación ciudadana en las redes sociales. “Ahora hasta los mismos periodistas de televisión invitan a la gente a que los sigan en Twitter y a que les cuenten sus anécdotas, a que les envíen sugerencias. Esa es una manera de complementar al periodismo tradicional, pero de ninguna manera, de sustituirlo, de superarlo, de eliminarlo”, sentencia la también profesora de la ECS-UCV, Mariana Bacalao, para quien la interpretación social solo la hacen bien los periodistas profesionales.

Periodismo profesional certifica e interpreta

Complementación. Es allí donde los expertos también coinciden: las nuevas TIC, con audiencias más activas y generadoras de contenido, pueden, sí, complementar al periodismo profesional, que, por cuyo manejo ser aprendido en una universidad, está pensado para fundamentar y certificar las informaciones de las dinámicas sociales.

En cambio, el “periodismo ciudadano”, al menos en Venezuela, solamente da parte, identifica, esa realidad, de manera “intuitiva”, como explica la comunicadora social Rosa Pellegrino.

El periodista no siempre está donde cualquier persona sí.
He allí la importancia de educar a la gente para que sea consciente
de su potencial como comunicador
Tomada de: govtech.com
El periodismo ciudadano “es más intuitivo, ya que la gente decide hablar de cualquier tema, porque como le afecta a una persona, esta cree que puede interesarle a los demás, pero no hay disposición de contrastar, de elaborar trabajos de investigación profundos”, expresa Pellegrino. No hay planificación, criterios establecidos, ni políticas.

Por su parte, Víctor Becerra, administrador de la cuenta de Twitter @CaracasMetro (que da cuenta de todo lo que sucede en el Metro de Caracas, a partir de los reportes de los usuarios), señala que las voces que se expresan en su cuenta, por hacerlo, llegan constantemente a los medios de comunicación social.

Becerra dice que, en muchas ocasiones, ha servido de “fuente” para los grandes medios. “Y me alegra, porque siento que toman en cuenta nuestro trabajo y respetan lo que nosotros decimos, no tergiversan”, añade quien, además, se considera un “periodista ciudadano”.

En relación con ello, Mariana Bacalao agrega que la aparición de cualquier hecho a través de un medio de comunicación social “lo dota de mayor oficialidad”, en comparación con una publicación de cualquier ciudadano “anónimo”, a través de un tuit o de un escrito en un blog.

Por eso, el profesor Blas Fernández señala que “el periodismo profesional siempre estará por encima del ‘periodismo ciudadano’, no es que sea mejor ni nada menos, sino porque este es el que fundamenta y certifica las informaciones de las dinámicas sociales”.

Objetivo final: la gente

Diferencias de intereses, de posiciones, de puntos de vista, de responsabilidades éticas. Son muchas las diferencias entre el denominado “periodismo ciudadano” y el periodismo profesional. Sin embargo, no puede esconderse el alto impacto que el primero ha tenido sobre el segundo y sobre la ciudadanía, en general.

Mientras, lo que se debe tomar en cuenta en el gremio periodístico es que la aparición de las nuevas audiencias repercute en el ejercicio profesional y está creando la “necesidad (y la oportunidad) de proveer una información de mayor calidad, puesto que se convertirá en un insumo para los emisores no profesionales”, como dijo en el SDI el periodista Javier Darío Restrepo.

En el video: Colaboración de la gente a los periodistas profesionales en el conflicto sirio, donde los periodistas han sido censurados y prohibidos para cubrir.

Todo con el objetivo de siempre: “Formar receptores de medios para proporcionarles elementos de crítica que les permitan distinguir entre una información de calidad y la que aparece en las redes sin garantía de exactitud y de independencia”.

Es esa la gran tarea de este periodismo de principios de siglo. En la medida en que se entienda ese mandato, sin duda, se estará formando también ciudadanos más responsables y fundamentados a la hora de tomar decisiones, tanto de interés personal, como colectivo. Ello permitiría, además, fortalecer la democracia. Al fin y al cabo, ese es el objetivo esencial del periodismo.

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