10 consejos infalibles para coger ánimo en Venezuela

@PedroDeMendonca


El ánimo ha sido tema de psicólogos, expertos en superación personal y religiosos; pero pocas veces ha sido asunto de interés de políticos. Cuando lo que se combate es a un sistema de mafias que quieren aniquilarle el espíritu a la gente y no a un contendor electoral, como ocurre en Venezuela, desde luego que el ánimo debe tornarse un tema de política.

La variable ánimo incide, en la Venezuela de hoy, en asuntos importantes: crecimiento de equipos, convocatoria a actividades y la lucha misma contra la tiranía. Más aún, llama la atención cómo nuestro país se ha convertido en los últimos meses en un país de suicidios. Según el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), ya somos comparables con países asiáticos, con más de 20 suicidios por cada 100 mil habitantes al año. Y en varias partes de aquí de Guárico, tierra de joropo y nobleza, lo hemos vivido en carne propia en semanas recientes. Mucha gente ha perdido para vivir.

El desánimo, en un país en ruinas como Venezuela, controla la mente, inmoviliza el cuerpo y aja el espíritu. En eso se traduce la vida real en comunismo. Lo vivo en Calabozo, en Camaguán, en San Juan de Los Morros, en Valle de La Pascua, en Tucupido, en Zaraza. De allí que estar animado sea, además de un mecanismo de defensa, un acto rotundo de necesaria rebeldía y un foco de luz en las tinieblas.

Por eso comparto 10 consejos para estar siempre de buen ánimo en este país. Son cosas que pongo en práctica siempre y que para mí son infalibles. Todo pasa por estar siempre activos en mente y cuerpo; hacer siempre lo que a uno le gusta y le mueve y evitar los encierros y los aislamientos, que son fácilmente propiciados por las pésimas noticias humanitarias que nosotros mismos hemos protagonizado.

Comparto estas sugerencias porque quiero contribuir a que nuestra lucha política y espiritual contra el entramado mafioso sea menos complicada, con el ánimo arriba.

Casa por casa en la población de Espino, Guárico.
Es cierto que llevamos un mensaje político; pero, en el fondo,
el objetivo debe ser aliviar las almas golpeadas de la gente.
Animarlas con la verdad, con confianza. Esa es la clave para nuestro éxito.

1.    Aparta de tu entorno a los pesimistas y a quienes te digan que esto no tiene salida. Sé realista con ellos; oriéntalos y diles que la cosa, ciertamente, no es fácil ni puede serlo e invítalos a ser parte de la solución. Resáltales que la oscuridad se vence con luz, la tristeza con alegría y el mal con el bien. Y eso se logra con acción, no con meros deseos. Sé un foco de luz en la oscuridad.




Fundación del colegio ciudadano de Vente Venezuela
Liceo Francisco de Miranda, en el vejado sector Francisco de Miranda
de Calabozo. Nos hemos propuesto crear colegios ciudadanos
en cada rincón de Guárico. Esas metas nos mantienen arriba,
las celebramos con alegría cuando las cumplimos.
  





    2.  Haz equipo con gente proactiva que tengas alrededor: con tus vecinos, tus compañeros de trabajo, tu familia. Ponte metas y trabaja por cumplirlas. Limpiar plazas, alumbrar calles, donar medicinas, crecer como grupo. Cuando trabajas con un propósito, te das cuenta de forma más fácil que el desánimo es un obstáculo, lo evitas a toda costa y buscas sanar a otros de ese mal.








3 .    Viaja. En su defecto, sal a un sitio de tu pueblo o ciudad que te guste mucho. Habla con la gente; salúdala, así no la conozcas. Y sonríe siempre, aunque a veces cueste: le envías señales inequívocas a tu cerebro de tener actitud proactiva en medio de este desastre. Sal siempre de tu casa, no pases un día encerrado, viendo al techo y ahogándote en las angustias.
Río Neverí; San Juan, estado Sucre, #VenezuelaProfunda.

4.    Haz ejercicios. Los que te sepas: caminar, correr, sudar. Es una forma muy efectiva de desconectar la mente de los agobios. Ciertamente, no soluciona tus problemas reales; pero sí oxigena el cerebro y lo ayuda a pensar mejor y afrontar este pandemonio con mejor actitud.

5.    Escucha música que te guste. Cántala y báilala a solas si te provoca. Si es joropo, dale joropo; si es ópera, dale ópera; si es cumbia, dale cumbia. Trasládate con el ritmo a lugares o momentos en los que quieras estar. Que la música -cualquiera que sea- te inspire.


Subir El Ávila, en Caracas, siempre ayuda.
Mezcla de viaje con ejercicio del bueno, que recetea
la mente.
6.    Cuando se vaya la luz, el gas o el agua: asístete con un vecino o un familiar. Pero, ¡no te ahogues en las lágrimas del desconsuelo! Pide ayuda cuando tengas un problema o una carencia. Deja el orgullo, que hoy todos necesitamos ayuda de una u otra forma. Y ayuda a quien te ayuda cuando lo necesite. Teje así una red de ayuda y ánimo.

7.    Si tienes ganas de llorar por el desespero o la impotencia, hazlo y durísimo. Pero, preferiblemente, en compañía de alguien que te dé ánimo o mientras chateas con él, si no lo tienes presente.

8.    Venezuela nos duele. Por eso debemos conectarnos con su esencia bonita, imponente y valiosa: desde comer un plato típico nacional o regional, asistir a eventos culturales o consumir productos audiovisuales. Sobre esto último, recomiendo seguir en Instagram a Valentina Quintero (@valendeviaje) y su programa “Dos de viaje”, transmitido por IVC. Ver lo más esencial de nuestro país con el enfoque frenético de Quintero reanima la aorta venezolana.

María Corina, en un sitio donde venden unas de las mejores empanadas
de todo Guárico, específicamente en Calabozo.
9.    Siempre es bueno tener cerca a quienes sabemos que están luchando afanadamente porque salgamos todos de esta debacle. Y, ciertamente, adentro y afuera hay muchísimas voluntades alineadas porque Venezuela supere esta metástasis y seamos, por fin, un país rico de verdad. Una de ellas, María Corina Machado. Seguirla en sus redes sociales (@MariaCorinaYA en Twitter y @mariacorinamachado en Instagram) reconforta siempre el alma, con base en información real y al momento.

10. Comparte en tus redes este manual y haz el tuyo propio para contribuir al círculo virtuoso de resurrección de cuerpos y reanimación de espíritus. Esto es lo que yo hago por la naturaleza de mi trabajo, quizás a ti en tu dinámica diaria se te ocurran otras cuestiones. Conversa este tema a menudo con la gente de tu entorno, nunca sabemos lo que realmente pasa por la mente de nuestra gente cercana. Así haremos más llevadero este calvario; preservaremos nuestra salud y llegaremos sanos a la esperada fase de reconstrucción nacional, que nos requerirá lúcidos, muy ágiles y competitivos.

Comentarios